Llamamos vitaminas a aquellos compuestos que son indispensables para el funcionamiento de nuestro organismo, pero que no podemos sintetizarlos, por lo que necesitamos aportarlos, normalmente en los alimentos. Dentro de éstas, últimamente esta “de moda” hablar de la vitamina D. Esta vitamina está relacionada con muchas funciones.
Principales funciones de la vitamina D:
- Ayuda a la absorción del calcio y del fósforo en el intestino delgado.
- Interviene en el transporte del calcio hacia el hueso.
- Ayuda al crecimiento óseo de niños y adolescentes, y de la formación de los dientes.
- Mantiene estable el sistema nervioso y el funcionamiento cardíaco.
- Contribuye a la coagulación adecuada de la sangre.
- Refuerza el sistema inmunitario.
El 80 % por ciento de la vitamina D que tenemos, proviene de la acción del sol; y sólo el resto, de los alimentos.
En nuestro país, y especialmente el sur, siempre hemos tenido niveles suficientes de vitamina D, debido al número alto de horas de sol, sobre todo si lo comparamos con países del norte de Europa. Pero desde hace unos años se está viendo que nuestro niveles son bajos (menos de 30 ng/ml). De hecho más del 50 % de nosotros tenemos bajos los niveles. Y si comprobamos los niveles en personas de más de 65 años, puede superar el 80% de la población.
¿Cuál es el motivo?
En la actualidad se barajan varias hipótesis. Posiblemente, todas puedan puedan ser ciertas:
- Sobreuso de la protección solar en verano.
- Malabsorción intestinal de la vitamina D, debido a alteración de la flora intestinal.
- Uso de determinados fármacos.
- Aumento de ciertas enfermedades renales, metabólicas y hepáticas.
- Obesidad.
- Disminución de trabajos en exterior. Incluso los niños están menos al aire libre.
- Uso frecuente de ciertos medicamento: antiepilépticos, corticoides, algunos antiinflamatorios, …
Posiblemente el factor que esté siempre presente es la alteración de la flora intestinal.
Un déficit de vitamina D puede no dar síntomas claros: cansancio, catarros frecuentes, dolores óseos inespecíficos. Por ello, hay que incluir esta vitamina dentro de los parámetros de una analítica de sangre de control, junto a glucosa, colesterol, …
El déficit permanente está relacionado con la diabetes mellitus tipo II, obesidad y demencia.
Al ser una vitamina liposoluble, está presente en alimentos grasos. Estos son los que más vitamina D tienen:
- Pescado azul, especialmente angula, caballa, palometa, pez espada, atún, bonito,… Tanto al natural como en lata;
- Y en mucho menos cantidad, huevo de codorniz, yema de huevo, shiitake, y cereales integrales en copos.
Como habrán comprobado, los alimentos ricos en vitamina D son de origen animal. Para quien lleve una dieta vegana, sólo los hongos desecados (como shiitake) y los cereales integrales lo aportan, pero 5 veces menos que los pescados mencionados.
Pero, recordemos, la principal fuente de vitamina D es la acción de sol. Por ello, es fundamental, tener una exposición solar de 30 minutos mínimo al día.
