Las algas y el cambio climático: ¿el alimento del futuro?

El aumento de la población en nuestro planeta (¡se prevé que alcancemos los 10.000 millones de habitantes a final de este siglo!) hace que nos replanteemos la importancia de los recursos naturales que éste nos aporta. La sobreexplotación ha llevado a la escasez de estos limitados recursos. Por eso, debemos empezar a buscar nuevos alimentos que puedan sustituir a los que conocemos y que tenga un aporte nutricional y beneficioso para nuestra salud.

Escasez de recursos, inestabilidad de precipitaciones y el cambio climático

Se hace raro pensar cómo la agricultura va a satisfacer todas las necesidades ya que no parece ser suficiente teniendo en cuenta la creciente escasez de tierras, agua y fertilizantes adecuados. También tenemos un problema para aumentar la productividad agrícola: el agua. Aproximadamente el 70% del agua dulce disponible en el mundo se usa para la agricultura de regadío por lo que apenas la podemos usar más para ello. Por otro lado, la agricultura de secano es bastante sensible a la inestabilidad de las precipitaciones, además de que el cambio climático está afectando a los cultivos de regadío y de secano de diferentes formas. Y por si no fuera poco, el uso del fósforo y del nitrógeno fertilizante tendrían que triplicarse para duplicar la producción de alimentos agrícolas, con considerables impactos ambientales.

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Alga wakame

Es necesario modificar el desequilibrio mundial de los alimentos aumentando la producción de acuicultura, y especialmente la maricultura. ¡Pero esto no es tan fácil! Para que esto suceda, la maricultura debería crecer en un 14% año-1 para duplicar el abastecimiento mundial de alimentos para el año 2050. Sin embargo, un creciente cuerpo de científicos sugiere que las algas marinas cultivadas en aguas costeras, que no compiten con los cultivos alimentarios por tierras cultivables o agua potable, podrían proporcionar una fuente alternativa de biomasa para la producción sostenible de alimentos, productos químicos y combustibles en los próximos siglos. En base a esto, el cultivo de algas marinas en el mar puede desarrollarse no sólo como un complemento de la agricultura, sino como una alternativa.

Por ello,  el empleo de algas en la acuicultura en el océano puede convertirse además en una herramienta extraordinaria para la captación de carbono y la mitigación del cambio climático global.

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